La última noche
Hubo ese momento de perfecta ternura mientras dibujaba tu rostro con mis dedos aprendían cada rasgo, cada curva tus grandes ojos, tu boca repasé de cada paisaje tuyo. Besé tu cara dulcísima la magia que emanas me envolvió, tu cuerpo me lo bebí de un solo sorbo. Amé tu vientre, tu espalda y todos los tramos que existen de norte a sur en tu cuerpo, hasta embriagarme de ti bebí esa noche y no me cansé. El alma sabe que la despedida se acerca y te apura a gustar el cuerpo, la cara y el alma.